martes, 16 de septiembre de 2014

Besonucleosis


Hoy los abuelos maternos han llegado con la noticia de que las gemelitas hijas de unos amigos han pasado un mes y medio fatal con "besonucleosis". Y que fíjate, que los niños que no han pesado 730 gramos al nacer también pasan a veces las de Caín. Ese es el tipo de cosas que se les ocurren decir a los abuelos de bebés prematuros para tranquilizar a los padres de bebés prematuros. Para ilustrar más la historieta, la tía materna ha contado que en una fiesta universitaria el sudor condensado que caía del techo hizo que todo pichichi se contagiara de la tal 'besonucleosis'. Ay, dónde quedó el sudor condensado de las fiestas universitarias.

Después de hablar un poco sobre las últimas tendencias en virus de guardería, nos ha dado por dar un paseo familiar. Hemos ido a la mercería del pueblo para comprar una camiseta interior que tape la barriga del peque cuando le pongo conjuntos de pantaloneta y camiseta. Así disimulo la madre desnaturalizada que llevo dentro y que hace que casi todo el mundo se espante a mi paso por caminos y veredas, ya sea porque tapo al bebé demasiado mucho o demasiado poco, que para todo hay opiniones en el tema del cultivo y crecimiento de personitas.

Total, que hemos salido de la tienda con tres bodies, un mini pantalón de pana azul y un chaquetón de invierno blanco suave suavísimo, con una capucha con orejas de conejo, un must de la moda infantil, por lo poco que sé del tema. Ah, y gomas para arreglar bragas de la bisabuela, que era a lo que íbamos. No le hemos comprado a la dependienta el delantal que llevaba puesto porque no había existencias en blanco. Pero era monísimo.

Por lo demás, vamos bien. Llevamos un mes en casa y nuestro pequeño sobrevive, a pesar de nosotros. Solo tenemos que lamentar que amanezca de sus microsiestas con algún arañazo de más en distintas partes del cuerpo. Queremos pensar que se los hace él mismo. Pero claro, al cuadrante superior de esa  bolilla pelusera que tiene por cabeza no llega, por mucho que estire la zarpa. Así que todo apunta a que alguno le hemos hecho nosotros. Yo, por concretar.

Bichín gana una media de 20 gramos, lo que viene a ser un alma al día, según cálculos de Alejandro González Iñárritu. A nosotros no nos salen las cuentas, porque se trinca casi medio litro de leche en sus ocho tomas reglamentarias, más algunos bonus track de pecho que le caen en los intervalos, lo que viene a ser medio kilo de sustancia. Pensamos que a estas alturas ya casi tendría que tener el tamaño del increíble Hulk, pero aún estamos en los tres kilos y medio, justiviri, justiviri para sus cinco meses en acción. Se ve que gasta calorías a punta pala con sus ya clásicos ejercicios de retroversión de la pelvis, siempre bien acompañados de esa ruidera continua suya, tipo módem de primera generación.

No nos quejamos, desde luego. Eso diabólico de los percentiles con lo que tanto torturan los pediatras a otros padres no va con nosotros. Eso hemos ganado. En nuestro caso, no estancarse es un logro. Y hay que decir que ya superamos de largo los 2.410 gramos de nuestro Guerra y paz que tan lejanos parecían al principio, así que solo nos queda ir cogiendo velocidad de crucero para pasar el charco que nos hemos encontrado en el camino. No tenemos prisa. De momento todo es bastante maravilloso.

4 comentarios:

  1. El chaquetón mola un montón.
    fdo:La tia materna (especialista en carpas universitarias)

    ResponderEliminar
  2. Muy graciosa tu mamá, Javier. Cuenta el paseo con pelos y señales, la pedorra.
    Yo me lo pasé superguay. Antes de salir, te dí el biberón, que tomaste muy bien. Luego te puse sobre mi hombro para que echases el eructico, pero te quedaste frito michico, así que te metimos en el carrico y nos fuimos de paseo. Te portaste de maravilla, se ve que te gusta callejear. Está el incordio de que hay que sacarte con el aparato ese que avisa si te falta oxígeno, que si no.... con las ganas que tengo de pasearte por la Txantrea y enseñarte a todo el mundo, que todos me preguntan por tí y quieren conocerte, tendrán que esperar.
    El domingo estuviste por primera vez en nuestra casa un rato, para que te pueda ver la bisabuela, que la pobre se va quedando muy torpe para trasladarse, así que tendrás que ser tú quien la visite. Te quería tener en brazos todo el rato y te hace muchos cariñicos.
    Todos te queremos muchísimo, nos tienes embobaus.Tu abuela Txaro

    ResponderEliminar
  3. Veo que Javier pesa más que el diccionario de la RAE. Gracias a él seguirás encontrando vocablos ( y no, no me refiero a gasiometría, displasia, hemograma, etc...) que tú quizás pensabas que ya no los necesitarías ni experimentarías en tu vida.
    Dices que Bichín gana una media de 20 gramos al día...lo que viene a ser un alma al día. Míralo de otro modo:
    Tu hijo, desde su primer día lo hizo YA con los 21 gramos de alma, de espíritu. Desde su primer día ya portaba esos esenciales "21 gramos".
    Bichín ha entrado en tu vida de la única forma que suscita lo mejor que hay en el corazón del ser humano: totalmente indefenso, completamente débil, con gran necesidad de calor y amor. ¡ Y él sabe bien dónde y con quién se ha metido!
    Vive todo, TODO con él. Vive tus miedos, tu felicidad, tus quejas, tu rabia, tu paciencia, tus dudas, tu aceptación, tu alegría.
    Vive un día a la vez, no el futuro; porque el futuro no va más allá del próximo latido.

    ResponderEliminar
  4. ¿Que te parece Javier? ¿ves que cosas más profundas dicen los amigos? Nivelón. Esta última ya te conoce, estuvo un rato de paseo contigo y le gustaste mucho. Como a todos.
    Te han seguido y preocupado por ti desde el primer día. El sábado te conocieron unos cuantos, porque subiste con los papis al Gaucho, donde nos juntamos los sábados las "chicas de oro" a desayunar y luego paseando te iba presentando a otras amigas, mas orgullosa que todas las cosas, porque eres tan majico... La abuela Txaro

    ResponderEliminar