sábado, 20 de octubre de 2012

Rey zulú

Y entonces llegó él, con su sombrero, su traje de corte inglés, su amigo Joan Vinyals  y su trapito verde del todo a cien para limpiar el sudor de las cuerdas. Y nos dejó encantados con su jazz, su swing, sus sones, su rock, su punch, sus ladridos de Juan Perro y su increíble sentido del humor y la vida. Una mezcla de alto voltaje que nos dejó con las ganas.  

Santiago Auserón estuvo impecable en el Gayarre de Pamplona. Sudó la gota gorda durante dos horas de guitarreo en una noche húmeda, extraña, en este inicio de otoño en el que el viento sur mezclado con lluvia nos está dejando más de un dolor de cabeza. Él nos quitó la jaqueca de ayer. No cedió a los nostálgicos: siguió la hoja de ruta de su 'Casa en el aire' sin caer en el populismo del repertorio a la carta. Lo suyo no son los himnos generacionales, dijo.

Como la locomotora que dejó patitiesos a los habitantes de su añorado oriente cubano a comienzos del siglo XX, tiró pa'alante. Su creación progresa y las vías no le dan margen para dar marcha atrás. Se centró en temas de su nuevo disco ('Río negro'), canciones inéditas y algún clásico (pero los que él quiso, ni uno más).
Encandiló, este Juan Perro que dice llamarse así no sabe si por inspiración del toma y daca de Cipión y Berganza en 'El coloquio de los perros' de Cervantes, por aquel can-filósofo de Kafka que andaba buscando "las cosas del cielo y las cosas del suelo" en el cuento 'Investigaciones de un perro' o por un momento de broma etílica con un amigo.

Nos llevó de la mano por Cuba, Nueva Orleans, Nápoles, Londres, París, su Zaragoza natal y hasta el espacio, embarcando al personal por derecho propio en la nave de Richard Branson (y ahorrándonos los 200.000 euros que cuesta el billete para rodear el mundo en 45 minutos). Hizo reír y pensar. Compartió su amor-odio hacia las ciudades de acero y hormigón que nos sobrevivirán, su pasión por la música y su saber acumulado a sus ya casi 60 tacos. Crudo y profundamente ligero. Atómico. Para repetir, cuando él quiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario