lunes, 3 de septiembre de 2012

Chicle pegajoso

"Parpadeo y le miro con los ojos muy abiertos: Christian, mi mentor sexual. Él sabe mucho más que yo de todo esto. Yo nunca estaré a la altura. Frunzo ligeramente el ceño. De hecho, sabe más que yo de casi todo... excepto de cocina".

Superado el ecuador de la trilogía "de la que todo el mundo habla", desisto. Demasiado para mí. Incluso como ejercicio de lectura en inglés (decidí leerla en versión original para que me cundiera lo de sumergirme en un best seller que prometía más bien poco).

Supongo que las asociaciones feministas han optado sabiamente por no criticar las novelas de E.L. James para no darles todavía más publicidad. Pero habría mucha tela que cortar, lo aseguro. Estas páginas son un activo tóxico más de nuestros días, tanto para hombres como para mujeres.

Nada que salvar, ni de continente, ni de contenido. Sorprendente la capacidad de estirar como un chicle esta historia de ciencia-ficción. Si Flaubert y Tolstoi levantaran la cabeza...

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