Habló -como hablaba- con tono y estilo aristócrata. Elegante. Sobrio. Aterrado quizá al ver desfilar en la pantalla toda su vida y sentirse en su ocaso físico.
Una frase del maestro de provincias que interpretó en la despiadada película 'La lengua de las mariposas': "El odio, la crueldad, ese es el infierno. A veces el infierno somos nosotros mismos".
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