viernes, 16 de noviembre de 2012

Hablar por no callar


Contraportada de Diario de Navarra dedicada al concurso.

Acostumbrada a meterme en líos, el pasado mes de septiembre me apunté al concurso de la UPNA 'Tesis en tres minutos', una prueba oral que consistía en resumir en este tiempo el resultado de distintas investigaciones universitarias. Había tres categorías: tesis doctorales, proyectos de fin de carrera y trabajos de fin de máster. Yo me presenté por este último apartado. Me pareció un buen remate a mi experiencia como alumna del Máster Universitario de Formación de Profesorado de Educación Secundaria.

Ayer fue la final, en la que me sorprendió mucho -y para bien- el nivel de las exposiciones orales de los participantes por el apartado de tesis. Quizá fuera porque se jugaban más -tenían que justificar en tres minutos el resultado de muchos años de trabajo-. El caso es que los seis participantes de esta categoría dieron en el clavo de lo que había que hacer ayer: exposiciones amenas, en un lenguaje muy asequible para el gran público, interesantes, didácticas e incluso con toques de humor.

Genial el chico que utilizó la imagen del Ecce Homo de Borja para explicar su proyecto de tratamiento de imágenes. Genial también el ganador, Gabriel Davidov, con su ilustrativa charla sobre la microencapsulación de los antioxidantes de las uvas para comérnoslas en formato galleta, haciendo bueno el dicho de Hipócrates de que "la alimentación sea tu medicina". Muy lograda la exposición de Violeta Zorraquino sobre el comportamiento de la salmonela, una de las investigaciones más valiosas de todas las vistas ayer.

En el apartado de trabajos de fin de carrera, Jorge Piedrafita resultó justo ganador con su propuesta para llevar energía a las más de 1.800 millones de personas que viven hoy sin electricidad. En esta categoría, Alfonso Baquero aportó el mejor power point de la velada, con su propuesta de teleasistencia médica a través de dispositivos Android, pero fue una pena que se quedara tan corto en su explicación -terminó en minuto y medio, todo un Speedy González de la oralidad, que nos dejó con las ganas de más-.

Muy original y fresca la propuesta de 'guifi' libre de Asier Erramuzpe. Un transfondo ideológico interesante, aunque quizá irrealizable. Nos pierde la utopía, pero allá que vamos.

A muchos nos dio rabia que Mikel Ostiz Blanco arrancara su intervención leyendo. Mecachis!!! Su aplicación sobre música sin barreras era genial y su discurso muy logrado. ¿Por qué se aferró al papel, en esos primeros momentos, si un minuto después lo dejó a un lado y mostró tanta soltura? Ay... Los nervios, el cronómetro, el focazo que nos daba en la cara y apenas nos dejaba entrever las siluetas del público -la próxima vez, luces encendidas, please-... Qué se yo. Otro que seguramente se quedó a las puertas de ganar.

En mi apartado, me resultó muy interesante la investigación sobre la efectividad de la vacuna contra la gripe de Javier Urricelqui y el trabajo sobre sensores térmicos de Iván Martínez Baz, con aplicaciones flipantes en aviación, en la prevención de fugas en oleoductos o en la detección de posibles fracturas en puentes y otro tipo de infraestructuras. Ójala sus proyectos prosperen y cuenten con la financiación necesaria para seguir adelante, ambos dos.
 

Mi turno
En lo que a mí se refiere, me quedé muy contenta, sobre todo teniendo en cuenta que la oralidad no es mi fuerte. Me toco explicar mi proyecto para crear un blog cultural en las clases de Lengua y Literatura de un nivel de primero de Bachillerato. Algo muy al estilo de lo que hace Ignacio Aranguren en el Instituto Navarro Villoslada, en su caso en el ámbito del teatro, y en mi caso llevado al tema de la escritura. Un proyecto que haga que los estudiantes casi peleen por participar en él y con impacto en la sociedad, algo que no quede encerrado entre las cuatro paredes del aula.

El tema me apasiona y espero haber logrado trasmitirlo. Creo firmemente en la necesidad de imprimir un enfoque comunicativo a las clases de Lengua y Literatura, de generar productos reales (una exposición oral, un blog, un vídeo, una exposición, etc.) como forma de desarrollar habilidades lingüísticas REALES. Creo también en la obligación de usar el potencial de las nuevas tecnologías para enseñar esta materia.

El hecho de explicar todo esto en tres minutos fue un buen ejercicio para pulirme y mejorar. Nada mejor que exponerte a un público real para ver cómo funcionas, justo lo que defiendo para las clases de Lengua y Literatura.

Personalmente dudé mucho entre dos intervenciones, la que ya había hecho en la semifinal y otra que tenía en la recámara. Me decidí por repetir en el último momento. Mejor ir a lo seguro. Y creo que acerté. Mi segundo discurso era más abstracto y seguramente me habría costado más hacerme entender, aunque personalmente me gustaba un poco más que el primero. Pero mejor dejarse de romanticismos. Escuela norteamericana.

Y, en resumen, auguro un buen futuro al concurso. Nosotros hemos sido los primeros, y eso se nota. Quizá nos hemos pasado de teatrales y hemos estado un pelín más nerviosos que los concursantes del futuro. Probablemente más envarados de la cuenta. Pero mejorará, seguro. Porque si algo bueno ha tenido esta prueba es que hemos aprendido mucho del 'contrario' e incluso hemos tenido una buena oportunidad de mejora, en el tránsito de la semifinal a la final. Así que, felicidades a todos y hasta el año que viene.

2 comentarios:

  1. Resulta gratificante oír que los participantes habéis disfrutado en el concurso, y sobre todo el entusiasmo que le habéis puesto. Efectivamente el nivel ha sido alto, y eso hace augurar un buen futuro en próximas ediciones. Tal como dijimos en el fallo, tuvimos muy difícil tomar la decisión final pero más que nunca, lo importante era participar. Gracias a todos por vuestra participación.

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    1. Para mí ha sido una buena experiencia. Ya imagino que la decisión fue difícil, porque el jurado era variado y unos quizá valoraron más la comunicación y otros el tono más académico. Creo que hay una pregunta muy sencilla que hay que hacerse en estos casos: ¿cuál es la intervención de la que se acuerda el público al salir de la sala? ¿Qué propuestas han dejado huella en el auditorio: le han dado qué pensar, le han aportado un nuevo punto de vista, le han resultado más amenas? Seguro que así se acierta de lleno y poco a poco vamos hacia intervenciones orales más comunicativas y menos rígidas.

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